Tu perro podría estar sintiendo mucho más de lo que imaginas. Según un estudio reciente de la Universidad de la Reina de Belfast, en Irlanda, tus niveles de estrés podrían influir directamente en los de tu mascota. Esta investigación, que se suma a otros hallazgos previos sobre la relación entre humanos y perros, explora cómo el “contagio emocional” afecta a nuestros compañeros de cuatro patas en situaciones desconocidas.
Para muchos, los perros no solo son mascotas, sino también miembros de la familia. Su sensibilidad para captar nuestras emociones y comportamientos los convierte en un reflejo de lo que vivimos. ¿Pero hasta qué punto pueden absorber nuestro estrés? Los expertos Aoife Byrne y Gareth Arnott decidieron responder a esta pregunta llevando a cabo una serie de experimentos con 28 perros y sus dueños.
La dinámica del estudio fue simple, pero reveladora. Los propietarios se enfrentaron a pruebas diseñadas para generar tensión, como problemas aritméticos y tareas verbales, seguidas por un ejercicio de meditación guiada. Mientras tanto, se monitorearon las frecuencias cardíacas de ambas partes, revelando un sorprendente sincronismo: cuando la frecuencia cardíaca de los dueños aumentaba o disminuía, lo mismo ocurría con la de sus perros.
Según Byrne y Arnott, este fenómeno, conocido como “contagio emocional”, ocurre porque los perros ven a sus humanos como una referencia social. Esto significa que pueden “captar” nuestras emociones y comportamientos, imitándolos de manera consciente o inconsciente. De hecho, los cambios agudos en los niveles de estrés de los dueños fueron suficientes para provocar respuestas fisiológicas rápidas en los perros, incluso sin interacción directa entre ambos.