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La Nueva Omaha

La alimentación consciente es un enfoque que promueve la atención plena al comer, lo que puede tener un impacto significativo en nuestra salud física y mental. Este concepto va más allá de simplemente elegir alimentos saludables; se trata de estar presente en el momento de la comida, disfrutando de cada bocado y reconociendo las señales de hambre y saciedad de nuestro cuerpo.

La práctica de la alimentación consciente comienza con la elección de alimentos nutritivos. Optar por frutas, verduras, granos enteros y proteínas magras no solo proporciona los nutrientes necesarios, sino que también ayuda a mantener un peso saludable. Sin embargo, la clave está en cómo consumimos estos alimentos. Al comer despacio y sin distracciones, como la televisión o el teléfono, podemos saborear mejor los sabores y texturas, lo que a su vez puede llevar a una mayor satisfacción con porciones más pequeñas.

Además, la alimentación consciente puede ayudar a identificar patrones emocionales relacionados con la comida. Muchas personas comen en respuesta al estrés, la tristeza o la ansiedad, en lugar de por hambre física. Al practicar la atención plena, podemos aprender a reconocer estas emociones y encontrar formas más saludables de manejarlas, como la meditación, el ejercicio o hablar con un amigo.

Finalmente, la alimentación consciente fomenta una relación más positiva con la comida. En lugar de ver ciertos alimentos como “prohibidos” o “malos”, aprendemos a disfrutar de todo con moderación. Esto puede reducir la culpa y la ansiedad asociadas con la comida, promoviendo un enfoque más equilibrado hacia la alimentación y el bienestar general.